Fútbol local

No sé si todos los campos de fútbol tienen esta acústica o solo los que he visitado yo. Muchos sí. Es un sonido único, hombres gritándose instrucciones mientras persiguen un balón, y cuanto más fuerte gritan mayor el eco, contra las gradas casi vacías, aparte de unos pocos jóvenes entusiastas, animando a sus padres, o a sus hijos, o sus amigos. Y según el partido avanza, la luz es más tenue, pero los gritos y sus ecos no. Y llega un momento en que el campo apenas se ve desde la valla, y las botas de color fosforito de los jugadores es lo único que se ve bien, multicolores botas bajo la uniformidad de los colores más apagados del uniforme de equipo. Pero a alguien se le ha olvidado encender las luces y el cielo y el campo están cada vez más oscuros. Luego el partido y los echos se han muerto, y el campo de fútbol se queda en silencio y en penumbra.