A Rubbish Rider le apasiona la fotografía. Paisajes, amaneceres, atardeceres … diferentes colores y texturas, que últimamente encuentra en edificios, algunos en ruinas, algunos habitados.
Esta mañana ha tocado en un polígono industrial. Muy de mañana. La única persona con la que se ha encontrado por la calle fue el de la gasolinera. Quizás se haya quedado mirando las casas unos cuantos minutos, decidiendo el mejor ángulo, la mejor luz.
En cinco minutos ha llegado un coche de la guardia civil y, educadamente, le han pedido cachearle.
‘Lo siento, no hablo español’, dijo, en español. Los agentes se han esforzado a hablarle en inglés. Y luego han aparecido los municipales. Que han sonreído con satisfacción al ver que, aparte del pasaporte extranjero, la persona real de Rubbish Rider tiene carnet del polideportivo del pueblo.
Rubbish Rider se ha ofrecido a enseñarles algunas de sus fotos, para probar que es fotógrafo aficionado. Pero que no es necesario.
Y luego le han dejado marchar. Que no hay ningún problema, le han dicho. Que es libre de sacar fotos y que solo han acudido porque han recibido la llamada de un vecino denunciando comportamiento sospechoso.
Nuestro comentario: ¿hasta dónde tenemos metido el miedo ¿Cómo contrasta esto a lo que estamos acostumbrados en las grandes ciudades? En Londres hemos oído de tantos incidentes en los que agentes de policía o guardias de seguridad vestidos como policías, han detenido y hostigado a gente por tomar fotografías, que los fotógrafos profesionales tuvieron que montar una campaña para señalar que ellos ‘no son terroristas ‘, y hasta la gente que no necesariamente tiene la fotografía como una profesión o incluso ni como una afición es consciente de lo excesivo en que se ha convertido la vigilancia policial contra cualquiera que esté sacando fotos. Hasta aquí en muchas grandes ciudades.
Y aquí estamos, en un pequeño pueblo en medio del campo castellano, donde no fue la policía, entrenada para sospechar cualquier cosa y todo, quien fue lo bastante paranoico como para parar y registrar a un turista, sino un miembro del público, quien se encargó de denunciar a alguien que tardaba demasiado en tomar una foto, sólo para que la policía le asegurara que por supuesto tomar fotos está permitido aquí.
De momento, sus fotos se ven en tumblr, flickr, instagram, twitter, facebook
Ojiplático me quedo!! 0_o
BTW: Me gustan las foticos…
Gracias por el comentario … Y siento publicarlo y responder tan tarde!